Cuando la muerte llega y corta la vida de quién esta empezando a vivir,
Un Ángel esta llegando al cielo....
He seleccionado del Poeta libanes Gibran Khalil Gibrán, de su obra " EL PROFETA" un extracto de la muerte y el texto completo del ADIÓS
EXTRACTO "DE LA MUERTE " KHALIL GIBRÁN KHALIL
Desearía conocer el secreto de la muerte. Pero ¿cómo vais a conocerlo a menos de que lo busquéis en el corazón de la vida? La lechuza, cuyos ojos son nictálopes, no pueden desvelar el misterio de la luz. Si de verdad deseas conocer el espíritu de la muerte, abrid por entero vuestro corazón al cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son solo uno, lo mismo que el río y el mar son uno también.
* * *
En lo profundo de vuestras esperanzas y deseos, es donde yace vuestro conocimiento silencioso del más allá. Y como semillas soñando bajo la nieve, vuestro corazón tiene sueños primaverales. Confiad en los sueños, pues en ellos se oculta la entrada a la eternidad. Vuestro temor a la muerte no es sino el temblor del pastor cuando se ve ante el rey cuya mano va a tocarlo para honrarle. ¿No está el pastor jubiloso en su temblor sabiendo que podrá ostentar la marca real? No obstante, ¿deja por eso de tener conciencia de su temblor?
* * *
cuando la muerte sorprende con manos asesinas que se ensañan,
cuando la muerte llega y atrapa en sus alas negras al Ruiseñor de brilloso plumaje,
el que busca lo bello y lo hermoso,
atrapando en imagenes cada instante de la vida,
el que comulga con la esperanza de mejores días,
al hijo niño, al niño padre, madre, amigo, hermano, maestro,
el que con su infinita bondad sembró ilusiones y sueños, ,,,,
La muerte te arrastro por el sendero oscuro,
Hay los hay el dolor de la madre, el desespero del padre
y un grito profundo en los grandes afectos.....
ayer sembramos a "JACINTO" y hubo silencio y canto de hadas ,
y muchos poetas hilaban palabras y un río de lágrimas humedecía el silencio,
demasiadas lágrima,
todos necesitabamos llorar,
y lloramos de dolor, de sorpresa, de rabia, de impotencia,
Hoy fui a la tumba de Jacinto, un pájaro azul estaba en ella , ¡ estraño verdad ! , era azul, así como fue su vida colmada de azules de lección de esperanza...
Hoy fui a la tumba de Jacinto, un pájaro azul estaba en ella , ¡ estraño verdad ! , era azul, así como fue su vida colmada de azules de lección de esperanza...
Un Ángel esta llegando al cielo....
He seleccionado del Poeta libanes Gibran Khalil Gibrán, de su obra " EL PROFETA" un extracto de la muerte y el texto completo del ADIÓS
EXTRACTO "DE LA MUERTE " KHALIL GIBRÁN KHALIL
Desearía conocer el secreto de la muerte. Pero ¿cómo vais a conocerlo a menos de que lo busquéis en el corazón de la vida? La lechuza, cuyos ojos son nictálopes, no pueden desvelar el misterio de la luz. Si de verdad deseas conocer el espíritu de la muerte, abrid por entero vuestro corazón al cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son solo uno, lo mismo que el río y el mar son uno también.
* * *
En lo profundo de vuestras esperanzas y deseos, es donde yace vuestro conocimiento silencioso del más allá. Y como semillas soñando bajo la nieve, vuestro corazón tiene sueños primaverales. Confiad en los sueños, pues en ellos se oculta la entrada a la eternidad. Vuestro temor a la muerte no es sino el temblor del pastor cuando se ve ante el rey cuya mano va a tocarlo para honrarle. ¿No está el pastor jubiloso en su temblor sabiendo que podrá ostentar la marca real? No obstante, ¿deja por eso de tener conciencia de su temblor?
* * *
El Adiós
Y era llegado el ocaso. Y Almitra, la sibila, dijo: <>
Y él respondió:
¿Fui yo quien habló? ¿Es que no fui un oyente también?.
* * *
Después descendió los peldaños del templo y todo el pueblo le siguió. Y llegó a su barco y se detuvo sobre la cubierta. Y mirando de nuevo al pueblo, alzó la voz y dijo:
Pueblo de Orfalis, el viento me ordena abandonaros. Menos ligero soy que el viento, mas sin embargo, debo partir. Nosotros los errantes, en busca siempre del camino más solitario, no empezamos un día donde hemos terminado el anterior; y ningún amanecer nos encuentra allí donde nos dejó el ocaso. Viajamos también en tanto la tierra duerme. Somos las semillas de la planta firme en su propósito, y es en nuestra madurez y en la plenitud de nuestro corazón cuando nos vemos lanzados al aire y esparcidos.
* * *
Breves fueron mis días entre vosotros, y más breves aún las palabras que he pronunciado. Pero mi voz desaparecerá en vuestros oídos, y mi amor se desvanecerá en vuestra memoria; entonces volveré nuevamente. Y os hablaré con un corazón más generoso y unos labios más condescendientes al espíritu. Sí, volver‚ con la marea. Y aunque la muerte pueda esconderme, y el mayor silencio envolverme, aún buscaré de nuevo vuestra comprensión. Y mi búsqueda no será vana. Si algo de cuanto he dicho es verdad, esa verdad se revelará por sí misma con una voz más clara y con palabras más propias a vuestros pensamientos.
Pueblo de Orfalis, me voy con el viento mas no desciendo hasta el vacío. Y si este día no es de plena satisfacción de vuestras necesidades y de mi amor, entonces permitidle que sea una promesa para otro día.
Y él respondió:
¿Fui yo quien habló? ¿Es que no fui un oyente también?.
* * *
Después descendió los peldaños del templo y todo el pueblo le siguió. Y llegó a su barco y se detuvo sobre la cubierta. Y mirando de nuevo al pueblo, alzó la voz y dijo:
Pueblo de Orfalis, el viento me ordena abandonaros. Menos ligero soy que el viento, mas sin embargo, debo partir. Nosotros los errantes, en busca siempre del camino más solitario, no empezamos un día donde hemos terminado el anterior; y ningún amanecer nos encuentra allí donde nos dejó el ocaso. Viajamos también en tanto la tierra duerme. Somos las semillas de la planta firme en su propósito, y es en nuestra madurez y en la plenitud de nuestro corazón cuando nos vemos lanzados al aire y esparcidos.
* * *
Breves fueron mis días entre vosotros, y más breves aún las palabras que he pronunciado. Pero mi voz desaparecerá en vuestros oídos, y mi amor se desvanecerá en vuestra memoria; entonces volveré nuevamente. Y os hablaré con un corazón más generoso y unos labios más condescendientes al espíritu. Sí, volver‚ con la marea. Y aunque la muerte pueda esconderme, y el mayor silencio envolverme, aún buscaré de nuevo vuestra comprensión. Y mi búsqueda no será vana. Si algo de cuanto he dicho es verdad, esa verdad se revelará por sí misma con una voz más clara y con palabras más propias a vuestros pensamientos.
Pueblo de Orfalis, me voy con el viento mas no desciendo hasta el vacío. Y si este día no es de plena satisfacción de vuestras necesidades y de mi amor, entonces permitidle que sea una promesa para otro día.
Las necesidades del hombre cambian, mas no así su amor, ni su deseo de que este amor pueda satisfacerlas. Sabed entonces, que retornaré del mayor de los silencios. La niebla que se disipa al amanecer, dejando solamente rocío en los campos, se levantará para formar una nube y caerá después convertida en fina lluvia. Y yo no he dejado de parecerme a la niebla. En la quietud de la noche he andado por vuestras calles, y mi espíritu ha penetrado en vuestras moradas. Y los latidos de vuestro corazón estuvieron en el mío, y en mi rostro sentí vuestro aliento, y os conocí a todos.
¡Ay! Supe de vuestras alegrías y de vuestros dolores, y vuestros sueños fueron mis sueños. Y con frecuencia estuve entre vosotros como una laguna entre los montes. Reflejé las cumbres en vosotros y las laderas serpenteantes, y hasta los rebaños pasajeros de vuestros pensamientos y vuestros anhelos. Y hasta mi silencio llegaron las risas de vuestros hijos, igual que arroyos, y los anhelos de vuestros jóvenes, como ríos. Y cuando arribaron hasta lo más profundo de mí, los arroyos y los ríos no dejaron de cantar.
* * *
Pero llegó a mí algo más dulce aún que las risas y más grande todavía que los anhelos. Fue lo que de infinito existe en vosotros: El hombre vasto en quien todos vosotros no sois más que células y nervios; aquel en cuyo canto todas las canciones no son sino vibraciones carentes de sonido. Es dentro del hombre grandioso donde vosotros lo sois también. Y contemplándole a él fue como os contemplo y os amé.
Pues ¿qué distancias puede alcanzar el amor que no se hallen en esa esfera inmensa? ¿Qué visiones, qué esperanzas y qué presunciones pueden superar a la sublimidad de ese vuelo? Igual a un roble gigantesco cubierto con flores de manzano es el hombre grandioso que existe en vosotros. Su poder os liga a la tierra, su aroma os eleva al espacio, y en su infinito sois inmortales.
* * *
Se os ha dicho que aunque semejantes o una cadena, sois tan débiles como el más frágil de sus eslabones. Esta es solamente una verdad a medias. Así mismo sois tan fuertes como el más fuerte de los eslabones. Mediros por el más pequeño de vuestros actos, es como comparar la fuerza del mar con la fragilidad de su espuma. Juzgaros por vuestros fracasos, es como lanzar la culpa a las estaciones por su inconstancia.
* * *
¡Ay! Sois como un mar.
Y aunque los barcos varados esperan la marea en vuestras costas, no obstante, así como un mar, no podéis acelerar vuestras mareas.
También sois como las estaciones. Y aunque en vuestro invierno neguéis vuestra primavera, está reposando dentro de vosotros, sonríe en su adormecimiento y no está ofendida.
Pensad que no os digo estas cosas con objeto de que podáis deciros unos a otros: "Nos ha alabado con exceso. Soló vio lo bueno que existe en nosotros.''
Solamente os hablo con palabras que conocéis en pensamiento por vosotros mismos. ¿Y qué es el conocimiento de la palabra, sino la sombra del conocimiento sin palabras?
Vuestros pensamientos y mis palabras son oleadas de una memoria sellada que guarda recuerdos de nuestros ayeres. Y de aquellos días antiguos en que la tierra no tenía conocimiento de nosotros ni se conocía a sí misma. Y de noches en que la tierra se hallaba aún sacudida por el caos. Hombres sabios se han acercado a vosotros para ofrendaros su sabiduría.
Yo vine a tomar de vuestra sabiduría: Y he aquí que he hallado algo que es más grande que la sabiduría. Es la llama del espíritu vuestro que siempre toma más de sí mismo. En tanto que vosotros, despreocupados de su expansión, deploráis la consunción de vuestros días. Es la vida que busca vida en cuerpos con temor al sepulcro.
* * *
Aquí no existen sepulcros. Estas montañas y llanuras son una cuna y un puente. Cuando paséis por el campo donde disteis sepultura a vuestros ancestros mirad bien por aquellos lugares, y os veréis a vosotros mismos y a vuestros hijos bailando asidos de las manos. Lo cierto es que a menudo creáis alegría sin saberlo
¡Ay! Supe de vuestras alegrías y de vuestros dolores, y vuestros sueños fueron mis sueños. Y con frecuencia estuve entre vosotros como una laguna entre los montes. Reflejé las cumbres en vosotros y las laderas serpenteantes, y hasta los rebaños pasajeros de vuestros pensamientos y vuestros anhelos. Y hasta mi silencio llegaron las risas de vuestros hijos, igual que arroyos, y los anhelos de vuestros jóvenes, como ríos. Y cuando arribaron hasta lo más profundo de mí, los arroyos y los ríos no dejaron de cantar.
* * *
Pero llegó a mí algo más dulce aún que las risas y más grande todavía que los anhelos. Fue lo que de infinito existe en vosotros: El hombre vasto en quien todos vosotros no sois más que células y nervios; aquel en cuyo canto todas las canciones no son sino vibraciones carentes de sonido. Es dentro del hombre grandioso donde vosotros lo sois también. Y contemplándole a él fue como os contemplo y os amé.
Pues ¿qué distancias puede alcanzar el amor que no se hallen en esa esfera inmensa? ¿Qué visiones, qué esperanzas y qué presunciones pueden superar a la sublimidad de ese vuelo? Igual a un roble gigantesco cubierto con flores de manzano es el hombre grandioso que existe en vosotros. Su poder os liga a la tierra, su aroma os eleva al espacio, y en su infinito sois inmortales.
* * *
Se os ha dicho que aunque semejantes o una cadena, sois tan débiles como el más frágil de sus eslabones. Esta es solamente una verdad a medias. Así mismo sois tan fuertes como el más fuerte de los eslabones. Mediros por el más pequeño de vuestros actos, es como comparar la fuerza del mar con la fragilidad de su espuma. Juzgaros por vuestros fracasos, es como lanzar la culpa a las estaciones por su inconstancia.
* * *
¡Ay! Sois como un mar.
Y aunque los barcos varados esperan la marea en vuestras costas, no obstante, así como un mar, no podéis acelerar vuestras mareas.
También sois como las estaciones. Y aunque en vuestro invierno neguéis vuestra primavera, está reposando dentro de vosotros, sonríe en su adormecimiento y no está ofendida.
Pensad que no os digo estas cosas con objeto de que podáis deciros unos a otros: "Nos ha alabado con exceso. Soló vio lo bueno que existe en nosotros.''
Solamente os hablo con palabras que conocéis en pensamiento por vosotros mismos. ¿Y qué es el conocimiento de la palabra, sino la sombra del conocimiento sin palabras?
Vuestros pensamientos y mis palabras son oleadas de una memoria sellada que guarda recuerdos de nuestros ayeres. Y de aquellos días antiguos en que la tierra no tenía conocimiento de nosotros ni se conocía a sí misma. Y de noches en que la tierra se hallaba aún sacudida por el caos. Hombres sabios se han acercado a vosotros para ofrendaros su sabiduría.
Yo vine a tomar de vuestra sabiduría: Y he aquí que he hallado algo que es más grande que la sabiduría. Es la llama del espíritu vuestro que siempre toma más de sí mismo. En tanto que vosotros, despreocupados de su expansión, deploráis la consunción de vuestros días. Es la vida que busca vida en cuerpos con temor al sepulcro.
* * *
Aquí no existen sepulcros. Estas montañas y llanuras son una cuna y un puente. Cuando paséis por el campo donde disteis sepultura a vuestros ancestros mirad bien por aquellos lugares, y os veréis a vosotros mismos y a vuestros hijos bailando asidos de las manos. Lo cierto es que a menudo creáis alegría sin saberlo